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Donald Trump, presidente de EE.UU.
El presidente señaló que subir los aranceles desde el actual 25% proporcionaría mayor protección a la industria automotriz estadounidense
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que podrían aumentar los aranceles sobre los automóviles importados para fomentar la producción nacional, en medida que intensificaría las tensiones con sus socios comerciales.
Trump hizo el anuncio el jueves durante la firma de una ley que revoca las regulaciones de California que habrían prohibido la venta de automóviles a gasolina a partir de 2035. Se trata de una victoria esperada por algunos fabricantes de autos y compañías petroleras, que habían criticado esas normas por considerarlas inalcanzables.
El presidente señaló que subir los aranceles desde el actual 25% proporcionaría mayor protección a la industria automotriz estadounidense. Como ejemplo, citó el plan de General Motors Co. de invertir US$4.000 millones en sus plantas en EE.UU. durante los próximos dos años para evitar pagar aranceles.
"Podría subir ese arancel en un futuro no muy lejano. Cuanto más se suba, más probable es que construyan una planta aquí", dijo Trump.
La nueva amenaza comercial llega una semana después de que Trump duplicara los aranceles al acero y al aluminio a 50%, y en medio de negociaciones con docenas de socios antes de la fecha límite del 9 de julio para implementar tarifas más altas.
Otros países, como Japón y Alemania, han tratado de negociar una salida a los aranceles automotrices de Trump, que podrían afectar sectores clave de sus economías.
Las firmadas en la Casa Blanca eliminan las políticas de aire limpio de California, incluido el requisito de que los fabricantes vendan cada año más vehículos eléctricos en el estado de medidas.
“Rescatamos oficialmente a la industria automovilística de EE.UU. de la destrucción al poner fin de una vez por todas al mandato de California sobre los vehículos eléctricos”, afirmó Trump. “Decían que no se podía hacer, pero nos ha tenido atados en un nudo durante años”.
Las resoluciones revocan las exenciones concedidas por el expresidente Joe Biden, que permitieron a California imponer estándares de emisiones más estrictos que los federales. Esa autoridad, establecida por la Ley de Aire Limpio de 1970, se convirtió en el estado más poblado del país en líder mundial en políticas climáticas que transformaron la industria.
Entre los programas anulados se encuentra la iniciativa que obligaba a vender vehículos de cero emisiones durante la próxima década, y que habría prohibido los autos a gasolina a partir de 2035.
Trump elogió al Congreso por eliminar esas medidas mediante legislación, señalando que tendría un efecto más duradero que una orden ejecutiva. "Iba a firmar una orden y darle una oportunidad. Pero lo bueno de esto es que se mantiene para siempre", dijo.
Organizaciones ambientalistas condenaron la decisión.
Katherine García, directora de Transporte Limpio para Todos del Sierra Club, afirmó: “El ataque de la administración Trump al aire limpio ya los vehículos limpios solo beneficia a la industria de los combustibles fósiles, dejando a los estadounidenses con mayores costos de combustible, menos opciones y más contaminación”.
Las regulaciones de California habían sido criticadas por fabricantes de automóviles que abogan por estándares uniformes a nivel nacional. También fueron cuestionadas por refinerías de petróleo y productores de biocombustibles, que acusaban al estado de imponer su modelo más allá de sus fronteras. La Ley de Aire Limpio permite que otros estados adopten las normas californianas si lo desean.
Por su parte, el Departamento de Transporte de EE.UU. Planea revocar las normas de eficiencia de combustible de la era Biden, que exigían un promedio de 50 millas por galón para 2031.
Toyota Motor Corp. celebró la revocación de la “obligación poco realista” de California sobre los autos eléctricos. En un comunicado, afirmó: “Un mercado impulsado por el consumidor con una norma nacional de emisiones aportará más estabilidad y una competencia sana a la industria automotriz”.
La medida repite una ofensiva similar contra las políticas ambientales de California llevadas a cabo durante el primer mandato de Trump. Esta vez, sin embargo, ocurre en un contexto de creciente confrontación con los líderes del estado, más recientemente por las protestas en Los Ángeles tras redadas migratorias que llevaron a Trump a desplegar la Guardia Nacional y los marines para apoyar a las fuerzas del orden.
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