La economía circular y su rol en la inclusión social y productiva

El sector productivo colombiano está aportando en la transición del país hacia una economía circular, enfocándose en la gestión sostenible de envases y empaques. El objetivo es que para 2030, las empresas aprovechen al menos 30% de lo utilizado mediante acciones de reciclaje, reúso, reducción y transformación de materiales aprovechables en nuevos bienes.

Varias organizaciones del sector privado trabajamos en ese propósito de la mano del gobierno y de organizaciones sociales. Una de estas es Visión Circular de la Andi, un colectivo empresarial que cumple cinco años y agrupa a más de 380 empresas pertenecientes a 27 sectores productivos. Su alcance ya llega a 228 municipios de 30 departamentos del país y trabaja con 148 gestores, de los cuales 57 son organizaciones que representan a más de 7.600 recicladores de oficio, actores clave en la cadena de reciclaje.

Este programa trabaja en ejes como fortalecimiento de las cadenas de valor, innovación, consumo responsable, proyectos estratégicos e inclusión social y productiva. Sobre el último eje hay inmensas oportunidades para los gestores que se dedican al reciclaje y por supuesto para el país.

Al pensar en nuevos modelos de desarrollo, es claro que reciclar se presenta como una opción concreta, más aún si se aprecia como una parte de toda la estrategia de economía circular del país, cuyo potencial estima el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en US$11,7 millones anuales en ahorro de materiales y nuevas oportunidades de negocio.

Uno de los ejes de Visión Circular Andi es la inclusión social y productiva. La meta es hacerlo de una manera eficiente y sostenible que permita mejorar el nivel de ingresos de los gestores y recicladores de oficio, incrementando la formalización y mejorando los modelos de negocio del aprovechamiento en el país.

Desde esa perspectiva, en Visión Circular de la Andi trabajamos conjuntamente con las organizaciones de recicladores, aliados especializados y empresas del colectivo, para generar una oferta de fortalecimiento de capacidades que de forma escalonada permita evidenciar resultados de inclusión social y productiva. Esto se hace a partir de un enfoque de cierre de brechas de formalización e implementación del Sistema de Seguridad en el Trabajo, SST.

El país debe seguir avanzando no solo en acciones concretas para formalizar el trabajo de los recicladores, también como sociedad para reconocer el importante rol que desempeñan estas personas y sus organizaciones.

Al tiempo, cada uno de nosotros, sí querido lector, usted y yo tenemos un papel esencial para cuidar al medio ambiente y para aportar a mejorar la calidad de vida de los recicladores: desde nuestros hogares como parte inicial en la cadena del reciclaje, debemos continuar con la correcta separación de residuos como primer paso clave que facilita la tarea de los recicladores.